La siguiente declaración ha sido publicado por los Ministros de Asuntos Exteriores de los países del G7 Canadá, Francia, Alemania,
Italia, Japón, Reino Unido, Estados Unidos de América y la Alta Representante de la Unión Europea.
Prosperidad y seguridad de Ucrania a largo plazo
Los miembros del G7 reafirmaron su apoyo inquebrantable a Ucrania en la defensa de su integridad territorial y su derecho a existir, así como de su libertad, soberanía e independencia.
Acogieron con satisfacción los esfuerzos en curso para lograr un alto el fuego y, en particular, la reunión celebrada el 11 de marzo entre Estados Unidos y Ucrania en el Reino de Arabia Saudí. Los miembros del G7 aplaudieron el compromiso de Ucrania con un alto el fuego inmediato, lo que constituye un paso esencial hacia una paz integral, justa y duradera, en consonancia con la Carta de las Naciones Unidas.
Los miembros del G7 solicitaron a Rusia que reciprocara aceptando un alto el fuego en igualdad de condiciones y aplicándolo en pleno. Dialogaron sobre la imposición de nuevos costes a Rusia en caso de que no se acuerde dicho alto el fuego, incluso mediante nuevas sanciones, límites a los precios del petróleo, así como apoyo adicional a Ucrania, y otros medios. Esto incluye el uso de ingresos extraordinarios procedentes de los activos soberanos rusos inmovilizados. Los miembros del G7 subrayaron la importancia de las medidas de fomento de la confianza en el marco de un alto el fuego, incluida la liberación de prisioneros de guerra y detenidos, tanto militares como civiles, y el retorno de los niños ucranianos.
Destacaron que todo alto el fuego debe respetarse y subrayaron la necesidad de establecer acuerdos de seguridad sólidos y creíbles para garantizar que Ucrania pueda disuadir y defenderse de cualquier nuevo acto de agresión. Declararon que continuarán coordinando el apoyo económico y humanitario para promover la pronta recuperación y reconstrucción de Ucrania, incluso en la Conferencia para la recuperación de Ucrania que se celebrará en Roma los días 10 y 11 de julio de 2025.
Los miembros del G7 condenaron el suministro a Rusia de ayuda militar por parte de Corea del Norte (RPDC) e Irán, así como el suministro de armas y componentes de doble uso por parte de China, facilitador decisivo de la guerra de Rusia y de la reconstitución de las fuerzas armadas rusas. Reiteraron su intención de seguir actuando contra tales terceros países.
Expresaron su alarma por las repercusiones de la guerra, especialmente en la población civil y en las infraestructuras civiles. Dialogaron sobre la importancia de la rendición de cuentas y reafirmaron su compromiso de trabajar juntos para lograr una paz duradera y garantizar que Ucrania siga siendo democrática, libre, fuerte y próspera.
Paz y estabilidad regional en Oriente Medio Los miembros del G7 hicieron un llamamiento a la liberación de todos los rehenes retenidos por Hamás en Gaza así como a la devolución de los restos mortales de los fallecidos a sus seres queridos. Reafirmaron su apoyo a la reanudación de la ayuda humanitaria sin obstáculos a Gaza y a un alto el fuego permanente. Subrayaron el imperativo de un horizonte político para el pueblo palestino, logrado mediante una solución negociada del conflicto israelí-palestino que satisfaga las necesidades y aspiraciones legítimas de ambos pueblos y haga avanzar la paz, la estabilidad y la prosperidad integrales en Oriente Medio. Señalaron su honda preocupación por las crecientes tensiones y hostilidades en Cisjordania y pidieron su disminución.
Reconocieron el derecho inherente de Israel a defenderse conforme al derecho internacional. Condenaron inequívocamente a Hamás, incluso por sus brutales e injustificados atentados terroristas del 7 de octubre de 2023, y por el daño infligido a los rehenes durante su cautiverio y la violación de su dignidad mediante el uso de “ceremonias de entrega” durante su liberación. Reiteraron que Hamás no puede tener ningún papel en el futuro de Gaza y que nunca debe volver a ser una amenaza para Israel. Afirmaron su disposición a colaborar con los socios árabes en sus propuestas para trazar un camino hacia la reconstrucción de Gaza y crear una paz duradera entre israelíes y palestinos.
Los miembros del G7 expresaron su apoyo a los pueblos de Siria y Líbano, cuando ambos países trabajan por un futuro político pacífico y estable. En esta coyuntura crítica, reiteraron la importancia de la soberanía y la integridad territorial de Siria y Líbano. Hicieron un llamamiento inequívoco al rechazo del terrorismo en Siria. Condenaron enérgicamente la reciente escalada de violencia en las regiones costeras de Siria y pidieron la protección de los civiles y la rendición de cuentas de los autores de atrocidades. Destacaron la importancia crucial de un proceso político incluyente y dirigido por Siria. Acogieron con satisfacción el compromiso del gobierno provisional sirio de colaborar con la OPAQ en la eliminación de todas las armas químicas restantes.
Subrayaron que Irán es la principal fuente de inestabilidad regional y que nunca debe permitirse que desarrolle y adquiera un arma nuclear. Destacaron que Irán debe ahora cambiar de rumbo, desescalar y optar por la diplomacia. Subrayaron la amenaza que supone el creciente uso por parte de Irán de las detenciones arbitrarias y los intentos de asesinato en el extranjero como herramienta de coerción.
Cooperación para incrementar la seguridad y resiliencia en el Indopacífico Los miembros del G7 reiteraron su compromiso de defender un Indopacífico libre, abierto, próspero y seguro, basado en la soberanía, la integridad territorial, la resolución pacífica de disputas, las libertades fundamentales y los derechos humanos.
Continúan seriamente preocupados por la situación en el mar de la China Oriental, así como en el mar de la China Meridional, y continúan oponiéndose firmemente a los intentos unilaterales de cambiar el statu quo, en particular por la fuerza y la coerción. Expresaron su preocupación por el creciente uso de maniobras peligrosas y cañones de agua contra buques filipinos y vietnamitas, así como por los esfuerzos para restringir la libertad de navegación y sobrevuelo mediante la militarización y la coerción en el mar de la China Meridional, en violación del derecho internacional. Los miembros del G7 subrayaron la importancia de mantener la paz y la estabilidad en el estrecho de Taiwán. Alentaron la resolución pacífica de los problemas a ambos lados del estrecho y reiteraron su oposición a cualquier intento unilateral de cambiar el statu quo por la fuerza o la coerción. También expresaron su apoyo a una participación significativa de Taiwán en las organizaciones internacionales apropiadas.
Continúan preocupados por la expansión militar de China y por el continuo y rápido incremento de su arsenal nuclear. Hicieron un llamamiento a China para que participe en diálogos sobre reducción de riesgos estratégicos y promueva la estabilidad a través de la transparencia.
Los miembros del G7 hicieron hincapié en que China no debe realizar ni condonar actividades dirigidas a socavar la seguridad de nuestras comunidades ni la integridad de nuestras instituciones democráticas.
Expresaron su preocupación por las políticas y prácticas no comerciales de China, que están provocando un exceso de capacidad perjudicial y distorsiones del mercado. Los miembros del G7 solicitaron además a China que se abstuviera de adoptar medidas de control de las exportaciones que pudieran provocar perturbaciones significativas en la cadena de suministro. Reiteraron que no pretenden perjudicar a China ni frustrar su crecimiento económico; de hecho, una China en crecimiento que se atenga a las reglas y normas internacionales sería de interés mundial.
Los miembros del G7 exigieron que Corea del Norte abandone todas sus armas nucleares y cualquier otra arma de destrucción masiva, así como los programas de misiles balísticos, de conformidad con todas las resoluciones pertinentes del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas. Expresaron su grave preocupación por los robos de criptomoneda por parte de Corea del Norte y la necesidad de abordarlos conjuntamente. Hicieron un llamamiento a Corea del Norte para que resuelva inmediatamente la cuestión de los secuestros.
Denunciaron la brutal represión del pueblo de Myanmar por parte del régimen militar y pidieron el fin de toda violencia y el acceso sin obstáculos de la ayuda humanitaria.
Crear estabilidad y resiliencia en Haití y Venezuela Los miembros del G7 denunciaron enérgicamente la espantosa violencia que siguen perpetrando las pandillas en Haití en sus esfuerzos por hacerse con el control del Gobierno. Reafirmaron su compromiso de ayudar al pueblo haitiano a restablecer la democracia, la seguridad y la estabilidad, entre otras cosas mediante el apoyo a la Policía Nacional de Haití y a la Misión multinacional de apoyo a la seguridad dirigida por Kenia, y un mayor papel para la ONU. Expresaron su apoyo a los esfuerzos de las autoridades haitianas para crear una jurisdicción anticorrupción especializada que cumpla las normas internacionales más estrictas.
Reiteraron su llamado a la restauración de la democracia en Venezuela en línea con las aspiraciones de cambio del pueblo venezolano que votó pacíficamente el 28 de julio de 2024, al cese de la represión y las detenciones arbitrarias o injustas de manifestantes pacíficos, incluidos los jóvenes, por parte del régimen de Nicolás Maduro, así como a la liberación incondicional e inmediata de todos los presos políticos. También acordaron inaceptable que las naves venezolanas amenacen a los buques comerciales de Guyana y que constituye una violación de los derechos soberanos de Guyana reconocidos internacionalmente. Reafirmaron el respeto por la soberanía y la integridad territorial de todas las naciones como un valor perdurable.
Apoyo a una paz duradera en Sudán y la República Democrática del Congo Los miembros del G7 denunciaron inequívocamente los continuos combates y atrocidades en Sudán, incluida la violencia sexual contra mujeres y niñas, que han provocado la mayor crisis humanitaria del mundo y la propagación de la hambruna. Hicieron un llamamiento a las partes beligerantes para que protejan a los civiles, cesen las hostilidades y garanticen el acceso sin obstáculos de la ayuda humanitaria, e instaron a los actores externos a poner fin al apoyo que alimenta el conflicto.
Condenaron la ofensiva del M23, respaldada por Ruanda, en el este de la República Democrática del Congo (RDC) y la violencia, los desplazamientos y las graves violaciones de los derechos humanos y del derecho internacional humanitario resultantes. Esta ofensiva constituye un flagrante desprecio de la integridad territorial de la RDC. Reiteraron su llamamiento al M23 y a las Fuerzas de Defensa de Ruanda para que se retiren de todas las zonas controladas. Instaron a todas las partes a apoyar la mediación dirigida por la Comunidad de África del Este y la Comunidad de Desarrollo de África Austral, a promover la rendición de cuentas por las violaciones de los derechos humanos cometidas por todos los actores armados, incluidos el M23 y las FDLR, así como a comprometerse con una resolución pacífica y negociada del conflicto, que incluya la participación significativa de las mujeres y los jóvenes.
Fortalecer las sanciones y contrarrestar la guerra híbrida y los sabotajes Los miembros del G7 acogieron con satisfacción los esfuerzos por reforzar el Grupo de trabajo sobre sanciones, centrado en las listas y aplicación de la ley, así como las conversaciones sobre la creación de un Grupo de trabajo sobre guerra híbrida y sabotajes, y de un Grupo de trabajo sobre América Latina.
Fuente: Prensa del Departamento de Estado de los Estados Unidos.
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