El viejo continente ha sido en muchas ocasiones un faro para guiar las acciones de occidente,

generalmente positivas verbigracia el renacimiento y todo lo que ello implicó. Desde luego también han surgido cosas negativas como el colonialismo, el fascismo, el nazismo y el comunismo. No obstante al sacarse las cuentas el balance es supremamente positivo de ello no hay duda, los aportes que ha dado a la cultura y a la política han sido invaluables  nos enorgullece a quienes somos y nos sentimos occidentales. Sin embargo hay que reconocer los grandes y graves errores que Europa ha cometido por los cuales han pagado caro y todo indica que nada o muy poco han aprendido de ellos, es decir, no han aprendido las lecciones que la historia les ha dado. Cuando Chamberlain pactó con Hitler permitiéndole que se anexara los sudetes de Checoslovaquia, pensó incorrectamente que estaba evitando una guerra,  que el tirano Hitler se conformaría sólo con eso. Poco tiempo después invadió a Polonia provocando el inicio de la segunda guerra mundial, los tiranos no tienen límites, no tienen palabra ni honor.

Situación similar ocurrió cuando el tirano Vladimir Putin invadió la península de Crimea arrebatándole el territorio a Ucrania, Europa se lo permitió, no hizo nada para evitarlo y nuevamente se pensó equivocadamente que el sátrapa ruso se conformaría sólo con eso.  Pasados unos años invadió a Ucrania en un hecho de recurrencia histórica. Los tiranos tienen una característica que los distingue entre muchas otras, no cumplen con los acuerdos y pactos que firman, a menos que se les obligue por la fuerza. Un claro ejemplo lo tenemos en las acciones de los comunistas de la Unión Soviética después de finalizada la segunda guerra mundial. Europa cometió el gran error de depender en demasía de los Estados Unidos para su defensa de las ambiciones imperialistas rusas. No han entendido los países que integran la Unión Europea (UE), la obligatoriedad de poseer una enorme y poderosa fuerza militar que proteja su desarrollo económico. No se puede pretender ocupar los primeros lugares en la economía mundial si no se cuenta con un sólido respaldo militar capaz de frenar las ansias expansionistas siempre presente de Rusia.

Europa por mucho tiempo dependió del gas ruso, primero porque le resultaba más barato y porque además pensaron que comerciando con el autócrata ruso iría persuadiéndose que las relaciones comerciales son mucho más favorable  que la guerra. Sin embargo el error lo pagaron caro cuando el dictador decidió cerrarles los grifos del gas por el apoyo que Europa le ha brindado a Ucrania el país víctima de la política expansionista de Putin. Ahora el gobierno de los Estados Unidos abandona al viejo continente a su suerte y entienden sus líderes la vulnerabilidad en la que se encuentran ante el imperialismo ruso. Tienen los gobiernos de Europa la tarea fortalecer y multiplicar su fuerza militar porque están en constante peligro de perder todo lo que han logrado en materia de economía, ciencia y tecnología entre otras, si Putin que tiene un arsenal atómico y está dispuesto a usarlo o por lo menos amenaza con ello, decide invadir a cualquier país integrante de la Unión Europea y de la OTAN.

Para el bien de los países democráticos, para la libertad y paz mundial esperamos que el viejo continente enfrente con éxito las nuevas exigencias y las antiguas amenazas que representa Rusia.