Aquel sábado…
Escrito por Ricardo Ciliberto Bustillos   
Lunes, 16 de Septiembre de 2024 00:00

altLos más descollantes pertenecían a la llamada “Generación del 28”.

Algunos venían del exilio, los más, de las universidades, el campo, del ejercicio profesional o magisterial, de sus honrosos oficios, con un bagaje de lecturas, estudios y reflexiones sobre política, economía y asuntos sociales.

Otros, con una capacidad inigualable para el trabajo político tenaz, se sumaron a la convocatoria con la satisfacción de haber cumplido con una encomienda muy especial: integrar grupos, comités y cuadros para sumar militantes y simpatizantes al nuevo partido político venezolano: Acción Democrática.

La quinta Las Acacias, en la urbanización El Paraíso, en Caracas, residencia de don Rómulo Gallegos, fue escogida como sitio de reunión. Fue un domingo 11 de mayo de 1941 cuando se suscribieron los documentos que le dieron perfil doctrinario y más adelante una férrea organización a aquella agrupación que ya tenía una valiosa experiencia por sus andanzas, actividades y faenas en el Partido Democrático Nacional (P.D.N.) Una decisión que, a todo evento, explicaba y proponía, sin dobleces ni rodeos, sino con densos argumentos y bases realistas, una sociedad democrática, libre y justa. Nacía pues, con los ajustes y las definiciones que el tiempo y las circunstancias imponen, la social- democracia en Venezuela.

Acudieron inmediatamente a la autoridad de rigor para solicitar su legalización. Luego de angustiosos días de citaciones, explicaciones y extensas comparecencias, el martes 29 de julio del mismo año, le fue expedido por la Gobernación del Distrito Federal el permiso correspondiente.

Se iniciaron -entonces- las diligencias, giras, visitas e invitaciones para su presentación pública. Esfuerzos, mucha inteligencia y disposición procuraron – finalmente - que el sábado 13 de septiembre, en el

Nuevo Circo de Caracas, con un lleno espectacular, se realizara el mitin previsto con la atrayente presencia, entre otros, de Andrés Eloy Blanco, Rómulo Betancourt y el presidente del partido, Rómulo Gallegos.

La democracia venezolana tuvo sus cimientos, en buena medida, en Acción Democrática. Años de exilios, sufrimientos y muertes, pero también de afanes y logros, forjaron su indeclinable determinación de establecer para siempre un régimen de libertades y justicia social. Ese ha sido su papel y desiderátum.

Este 83 aniversario, en que la postración, la incomprensible y frívola división, además de la ausencia de persuasivas propuestas y emergentes liderazgos, podría constituir – sin lugar a dudas - una extraordinaria oportunidad para esmerarse por su unificación, por el surgimiento de nuevos dirigentes, autoridades y calificados voceros y, sobre todo, por abordar originales y factibles ideas, planteamientos y ofertas que sean capaces de entusiasmar y convencer a las comunidades y nuevas generaciones.

AD no puede desaparecer por irresponsabilidades, abulia, personalismos, veleidades y posiciones dubitativas: muchas veces mezquinas y otras acomodaticias.

El profesor (fallecido) Andrés Stambouli apuntaba en su magnífico texto “La Política Extraviada”, una tamaña verdad: “Los partidos deben volver a ser percibidos como entidades confiables y eficientes en la conducción de la sociedad nacional, regional y local”.

AD no puede desaparecer. Una buena historia sustenta su presencia política a pesar de las calamidades que transitoriamente sufre. No obstante, siempre habrá – y así lo apostamos- un mañana mejor, sin fingimientos, vacilaciones, ni pequeñeces. Ahí está la clave de su permanencia.

|*|: Especial para www.opinionynoticias.com

alt


blog comments powered by Disqus
 
OpinionyNoticias.com no se hace responsable por las aseveraciones que realicen nuestros columnistas en los artículos de opinión.
Estos conceptos son de la exclusiva responsabilidad del autor.


Videos



Banner
opiniónynoticias.com