|
Las razones por las cuales se detienen los esfuerzos de desarrollo que intentan algunos países, siempre han sido objeto de estudio.
O de análisis, toda vez que persiguen infructuosos, desatinados o inconexos propósitos de crecimiento, progreso y bienestar. Sin embargo, no cuesta mucho advertir las gruesas diferencias que marcan el discurrir del mundo en acepciones que comprometen sus dinámicas bajo el contexto del desarrollo.
Esto hace ver que mientras hay países que han podido construir sociedades democráticas y prósperas basados en los criterios y mandatos del desarrollo, hay otros que se estancan. O sea, no logran superar las exigencias que pauta el desarrollo. Pero ¿por dónde comenzar a descifrar el aludido dilema?
Hipótesis primigenia
Los estudios logrados a dichos respectos están afincados en teorías específicas (del desarrollo), según indagaciones expuestas por análisis contenidos en el libro “Por qué crecen los países”, del autor José Ignacio García Hamilton, de Editorial Sudamericana S.A. Buenos Aires, 2007, arrojaron escenarios específicos ante cada situación detalladamente analizada. Aún cuando los mismos, sobrellevan cierta analogía la cual es posible percibir bajo la óptica del desarrollo.
Es ahí donde los escenarios juegan papeles disímiles. En ellos se advierten comportamientos que lucen alineados con condiciones equivalentes. Y que además de ser sinónimos, tales condiciones se corresponden con causas que por igual afectan el área de influjo del componente que luce común en el terreno de los escenarios indagados. Esto prueba la incidencia observada en torno a los mismos factores. Por eso resultan ser semejante ante los aludidos escenarios.
Tan hipotética afinidad permite inferir que la diferencia entre países que buscan el desarrollo en áreas comparadas, lleva a detectar razones que, en cualquiera de los resultados que revelen las situaciones en estudio, determinan el comportamiento referido por esta disertación. De ahí que el tema a debatir, en la brevedad de este espacio periodístico, procura destacar razones cuya explicación exalta la crítica que impulsa las líneas siguientes.
Debate tentativo
Aunque en principio vale aclarar que el debate que esta disertación pretende apuntar, no es definitivo en cuanto a pautar el propósito perseguido de destacar específicamente los elementos que causan el problema de estancamiento de los objetivos de desarrollo. Dicho problema, se haya apartado de precisiones de cuantificación y basamento del mismo, lo cual complica el propósito de detallar los excedentes del problema en cuestión.
Sin duda que, a instancia del espacio que brinda el periodismo investigativo, es casi imposible describir las líneas de interpretación propias de la situación-problema, ya que hay baches que no podrían aprehender para que encajen en la brevedad de esta disertación.
Lo que acá, modestamente, podría recogerse son abstracciones radicales que, si bien son comprensibles en términos de los problemas que justifican el atasco del desarrollo, a todas luces son conocidos por lo reiterativo que son y han sido, son problemas -principalmente- de estructura y raíz social, política, administrativa-pública, y organizacional.
Identidad de los problemas en curso
Los referidos problemas dan cuenta de realidades que combinan rasgos y características que, a su vez, permiten perfilar e ilustrar los problemas que, en lo fundamental, han sido causales directas e indirectas de las crisis en las que han maniatados esfuerzos dirigidos a alcanzar importantes objetivos de desarrollo.
Pero las trabas que anquilosaron las direcciones y sentidos de las correspondientes propuestas, desde ahora, podría afirmarse que se convirtieron en problemas que obstruyen el desarrollo.
Observaciones conceptuales del desarrollo
En el fragor que desatan estos problemas que inmovilizan el desarrollo, vale aclarar que, aunque la idea de esta disertación es dar cuenta de las razones que dificultan el desarrollo perseguido con el afán que forjan los esfuerzos procurados en la dirección de alcanzar los niveles de crecimiento y bienestar humano ansiados, resulta importante poner de bulto que no se trata de hacer del desarrollo una realidad en concreto. No es una cuestión de grados positivos o negativos, o distancias históricas.
Advertir las contradicciones que se esconden bajo el terreno del desarrollo, es verse como supuestas “políticas públicas”. O medidas disfrazadas de “perversidad de la incertidumbre”. Por tanto, descifrar dichas contradicciones es encontrar soluciones a problemas fundamentales, muchos de los cuales, por intereses o imposiciones de poder, se confunden con realidades instituidas. Además, difíciles de encontrar para así desenmascarar.
De hecho, el problema del anti-desarrollo, no es ajeno al ejercicio del poder que, aunque anquilosado y corrompido, hace difícil resolver -en consecuencia- dificultades gruesas. Por ejemplo, como la renovación de los cuadros políticos o la adecuación de realidades y circunstancias que deslustran todo cuanto rozan. Lo cual, en buena parte se debe a que los objetivos de desarrollo perseguidos, se ven acosados por el inmediatismo y el carácter de importunado que caracteriza la dinámica sociopolítica arraigada. Precisamente, por efecto de las inmoderaciones a las que acostumbró el ejercicio inconsistente de la política dirigido a la sociedad.
A modo de conclusión Podría inferirse que, entre otras causas, la razón más persistente que explica el ¿por qué se detiene el desarrollo? Particularmente, en países, principalmente allanados por confundidos objetivos sociopolíticos y socioeconómicos, no sólo por la injerencia de las realidades la cual hace que no puedan comportarse como elementos aislados de situaciones que problematizan todo cuanto es posible. Más, por cuanto cada parte de la realidad, ejerce una función específica en la totalidad. Y por tanto, su ausencia del análisis, conduce a resultados inciertos que, equivocadamente, se toman como válidos. He ahí el problema o error.
Es así cómo el antidesarrollo se fortalece en los vacíos que deja el hecho de no haber considerado la totalidad como bastión de la situación-problema. Y es, posiblemente, la causa central por la que el desarrollo no es alcanzado tal como es pretendido.
Ahí es donde se refuerza el antidesarrollo lo cual se potencia con la insuficiencia de la economía, la deformación de la estructura social y el insidioso desequilibrio político. Razón entonces para asomar con la precaución necesaria, la posibilidad de armar nuevas respuestas a la pregunta ¿por qué se detiene el desarrollo?
|
Siganos en