Mercedes Pulido, mujer venezolana
Escrito por Ramón Guillermo Aveledo | @aveledounidad   
Miércoles, 03 de Diciembre de 2025 01:37

altLa Cátedra Libre de Estudios de la Mujer Teresa de la Parra, en la UCAB, convoca un foro sobre la vida y obra de una venezolana excepcional,

a quien conocí de cerca y puedo considerar mi amiga, la profesora Mercedes Pulido de Briceño. Me invitaron a participar y ¿cómo no aceptar?

Para reflexionar sobre la historia y la experiencia de las mujeres venezolanas, deciden comenzar por Mercedes, psicóloga por la UNAM mexicana, postgrados en París y en Chicago. Docente en la UCAB también lo fue en la Escuela de Estudios Políticos de la UCV y en la Universidad Simón Bolívar

Mujer de aguda inteligencia y activa imaginación, sensibilidad y vocación social fue Mercedes Pulido, con un compañero inseparable y comprensivo en su esposo Wenceslao Briceño, un tipo sumamente grato, de sencillez y talento naturales.

Tenía casta de servidora pública. La vocación por lo público le venía en la sangre. Su padre, el médico Manuel Antonio Pulido Méndez, dos veces exilado por dos dictaduras, la de Gómez y la de Pérez Jiménez, ejercida ésta última en nombre de las Fuerzas Armadas lo que hizo mella en el respeto que por esa institución tienen los venezolanos, como se percibió después del 23 de enero. En la apertura a partir de 1936 fue nada menos que Presidente (gobernador) del estado Táchira. Posteriormente Rector de la Universidad de los Andes. Ejerció en el servicio diplomático a partir de 1958 como embajador de Venezuela ante la Santa Sede y ante el gobierno de Francia. Su tío Monseñor José Rafael Pulido Méndez quien fuera obispo de Maracaibo y de Mérida, también fue diputado a la Asamblea Nacional Constituyente de 1947, notable orador con intervenciones en los debates tan sustantivas como combativas. Más atrás tienen a Manuel Antonio Pulido, héroe de la Independencia muerto en el destierro tras la caída de la denominada segunda República.

Mercedes trabajó en Cordiplán, durante el primer gobierno de Rafael Caldera, uno de cuyos signos distintivos fue la Promoción Popular tan cara a los Calvani, como Coordinadora de Desarrollo de la Comunidad, a cargo de los programas de autoconstrucción, escuelas rurales y organización social.

Pasó con éxito la prueba de gobernar. En 1979, Luis Herrera Campíns la designó Ministra de Estado para la Participación de la Mujer en el desarrollo. Con apoyo presidencial, inteligencia y tacto, impulsó la reforma del Código Civil, vieja aspiración largamente luchada, la Ley de Adopción y el Bono Alimentario, propuesta de subsidio familiar que encalló en los arrecifes del sectarismo. En 1994, con Caldera es Ministro de la Familia, hasta 1996. Deja el Servicio Nacional Autónomo de Atención Integral a la Infancia y la Familia y la expansión de los multihogares y hogares de cuidado diario.

En 1984 es Sub secretaria adjunta ONU para el Desarrollo Social y Participación de la Mujer. Y Lusinchi la nombra miembro de la COPRE.

En 1988, Mercedes fue electa Senadora por el Distrito Federal. Encabezando la plancha socialcristiana como antes lo hicieron Don Pedro del Corral, Dagoberto González y Rafael Alfonzo Ravard. Se lució de nuevo con sus trabajos en la Ley sobre violencia familiar y la Ley aprobatoria de la Convención de los Derechos del Niño, base de la LOPNA.

Fue un honor conocerla y servir a su lado.

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