Todo terminó
Escrito por Ricardo Ciliberto Bustillos   
Lunes, 22 de Julio de 2024 00:00

altEllos lo saben, aunque traten de hacerse los locos o disimularlo.

La expresión, el rostro y el ánimo los delata. Imposible ocultar la fatídica sentencia del tiempo: todo ha terminado. Se acabó el socialismo del XXI y con este, el cierre definitivo de esta fábrica de dolores y pobreza.

Hubo un empeño, como en todo régimen autoritario, de instalar una hegemonía perpetua, desafiando -de este modo- las leyes de la naturaleza humana y las pautas inexorables que caracterizan los procesos políticos. En otras palabras, pretender un sistema que fuera inmodificable e imperecedero, convencidos -como estaban- que los venezolanos, como minusválidos políticos o vestidos de idiotas, aceptarían tan descabellado propósito.

Sin embargo, la resistencia, con sus errores y omisiones, fue poco a poco haciendo su trabajo y modificando esta agobiante realidad. Más allá de los iniciales aplausos, apoyos e inocentes ilusiones, el comandante fue tejiendo toda una red de complicidad, destapando – de forma sibilina- los demonios antidemocráticos y haciéndose de un grupo que “Los Felicitadores” de Pío Gil, serían apenas unos niños de pecho. Al poco tiempo, los acuerdos, diálogos y contrapesos razonables que deben hallarse en toda democracia, dieron paso a la imposición, a las decisiones caprichosas y, sobre todo, a una regencia violatoria de los más elementales derechos.

Desde un principio hubo desencanto. Paso a paso, el deterioro de la gestión gubernamental se hizo evidente. Los procesos electorales convocados después 1998 fueron arrojando resultados de dudosa exactitud, transparencia y veracidad. Ganaban sí (según pregonaban a los cuatro vientos), pero dejaban como secuela, un tufillo a trampa o manipulación de la voluntad popular.

La crisis se fue acentuando hasta llegar a niveles, como los que vivimos hoy en día, insoportables y que, como contra partida, se hace necesario superar. Han sido 25 años de calamidades, de decisiones erráticas y de transgresiones a la libertad.

La gente quiere un cambio. Y, definitivamente, este se hará presente el próximo 28 de julio. De paso, hay que ser optimistas y convencidos demócratas. Eso de estar por allí, como se dice popularmente, invocando al diablo, pregonando que el gobierno va acometer toda clase de desmanes para impedir o desconocer los resultados, es hacerle un gran favor, pues ello solo trae - indefectiblemente- desaliento, temores y, por supuesto, abstención.

Las cartas están echadas. Tenemos las ases en las manos. Solo nos resta cumplir con nuestros deberes ciudadanos acudiendo a depositar nuestra indeclinable voluntad soberana. Única manera, por demás, de lograr la democracia que tanto anhelamos. El hacer caso omiso a esas consejas malsanas, murmullos catastróficos y opiniones derrotistas, resulta una obligación de primer orden.

Todo terminó. Ya no hay vuelta atrás. Ellos lo saben y nosotros también. Vamos todos el próximo 28 a sepultar esta fábrica de dolores y pobreza.

|*|: Especial para www,opinionynoticias.com

alt


blog comments powered by Disqus
 
OpinionyNoticias.com no se hace responsable por las aseveraciones que realicen nuestros columnistas en los artículos de opinión.
Estos conceptos son de la exclusiva responsabilidad del autor.


Videos



Banner
opiniónynoticias.com