Tesis: Monteverde, el canario Monteverde, es el padre de la Guerra a Muerte en la Independencia de Venezuela (1810-1830).
Contra Tesis: Ya la violencia social estaba instalada en la Costa Firme. Y sus instigadores iniciales fueron los mantuanos de Caracas hacedores del rompimiento con la Monarquía.
"A las tres de la tarde del 11 de julio sesenta individuos naturales de las islas Canarias se reunieron en los Teques montados en sus mulas, armados de trabucos, cubiertos sus pechos con hojas de lata y gritando ¡Viva el Rey y mueran los traidores! Tremolaban una bandera en que estaban pintados la Virgen del Rosario y Fernando VII". Manuel Hernández González, competente historiador canario.
¿Qué llevó a estos sesenta canarios a levantarse en armas contra el nuevo gobierno de los mantuanos?
¿Eran los canarios ya criollizados y en un número de doscientos mil pertenecientes a la nación española?
La Historia se alimenta de la oscuridad. Las versiones del pasado son ficciones. Y lo poco que se puede rescatar con algo de veracidad lleva la marca de la sospecha.
Los sesenta canarios en los Teques, alzados contra Caracas, son el instrumento ciego de autores intelectuales de mayor rango y prosapia. La gente del clero fue la primera en poner el grito al cielo.
Luego la Regencia, un gobierno de las apariencias. Desde España, impuso un bloqueo sobre las costas de Venezuela, aunque sin contar con los navíos para tal fin.
La Independencia de Caracas, más no de Venezuela, supuso la liberación de unas tensiones adormecidas que ahora tenían vía libre para explotar.
1811, es un año de inflexión. Mientras Caracas hizo su propia Independencia; los de Valencia también buscaron la suya respecto a Caracas. Y lo que es igual, no es trampa.
Del 11 de julio al 13 de agosto se inició el conflicto entre ciudades y provincias de una Independencia contra una no Independencia. El epicentro fue Valencia.
Muchos canarios pobres, pardos, clérigos, militares, blancos peninsulares y hasta blancos criollos no muy ricos, se sintieron amenazados ante el nuevo gobierno de Caracas que sólo aceptaba su exclusivo derecho a ser libres en menoscabo de otros aspirantes como los de la vecina Valencia.
Ya en los meses últimos del año 1810 está el antecedente más directo de una guerra entre "ciudades-Estado" cuando la Junta Suprema de Caracas envió una expedición de castigo contra la "realista" Coro.
"Coro fue la primera capital de la Provincia de Venezuela y la sede del primer obispado. Con el tiempo, la preeminencia se trasladó a Caracas, que se consolidó como el centro político, administrativo y económico. Esta centralización generó un resentimiento regional en Coro ante las pretensiones de Caracas de dominar y ejercer el poder sobre las demás provincias".
De hecho, fue Coro quién apoyó al puñado de soldados de Monteverde que en el año 1812 hizo sucumbir la Primera República (1811-1812). Coro, un terremoto devastador y los canarios derrotaron al Generalísimo Miranda.
Aquí no hay flotas de guerra españolas y mucho menos ejércitos europeos. Y no los podía haber porqué España ya no existía como Monarquía libre. Napoleón Bonaparte la invadió en 1808 e impuso a un soberano francés.
Todo el período entre 1808 y 1814 hizo a los americanos protagonistas de su propia autodestrucción. Sobre consideraciones tan vagas como la Libertad o la República de acuerdo al nuevo credo liberal laico.
Las fuerzas de la tradición se negaron a convalidar las nuevas ideas. Las alarmas se prendieron entre los posibles damnificados. No todos podían pactar con los “Amos del Valle” cuyo exclusivismo tenía la marca del hierro.
Intuitivamente hubo un rechazo furibundo e indignación. Caracas, y el sector mantuano, fueron percibidos en ese entonces como los agresores de un orden social conveniente para la mayoría.
Al fin y al cabo, el Rey, era percibido como una figura distante, legendaria y benevolente. La Iglesia reforzaba la creencia de un mundo desdichado, aunque bendecido por Dios Salvador, que garantiza a las almas descarriadas la vida eterna.
El Antiguo Régimen había convertido a las provincias de Venezuela, muy especialmente a Caracas, en un territorio próspero en la segunda mitad del siglo XVIII. El cacao se vendía muy bien en los mercados internacionales de ese entonces. Las tensiones sociales y étnicas fueron represadas por mecanismos compensatorios como las Gracias al Sacar (1795).
La Revolución de los más ricos no fue popular entre los más desfavorecidos de la sociedad colonial en proceso de transformaciones cruciales. Los abanderados de la Revolución de Caracas eran los grandes propietarios de las mejores tierras y poseedores de esclavos africanos.
Muchos observadores extranjeros, como el agente de negocios inglés, Robert Semple, quedaron atónitos y sin comprender la reacción violenta de los caraqueños contra sus vecinos de Valencia cuyo único pecado fue imitarles.
Francisco Javier Yanes, un testimonio importante y testigo del comienzo de la tragedia, dice lo siguiente en su: "Relación documentada de los principales sucesos ocurridos en Venezuela: desde que se declaró estado independiente hasta el año de 1821".
"Más los españoles y los criollos agentes del Comisionado regio de Puerto Rico, entre los cuales eran los principales los eclesiásticos seculares y regulares, desaprobaron lo estipulado y concedido en la capitulación (…) excitaron al populacho y a las tropas que se hallaban en los cuarteles para que no se sometieran al Gobierno de Caracas, ni al General hereje que había enviado a subyugarlos; y tal fue la vehemencia con que declamaron estos frenéticos, que empuñando las armas los soldados y rompiendo un fuego tan súbito como horroroso, causaron tal destrozo a los republicanos, que el General tuvo a bien retirarse en la obscuridad de la noche, sin detenerse hacia Guacara, por no exponer al ejército a su total destrucción…".
La campaña de castigo contra Valencia fue liderada por Miranda ante la incompetencia de los marqueses y otros aristócratas que lo único que tenían de militar era el uniforme. En Valencia, Simón Bolívar, tuvo su primer bautismo de fuego.
Sabemos que Fernando Miyares, el Gobernador de Maracaibo, apoyó una alianza junto a Coro para enviar una expedición militar en resguardo de Valencia y sus alzados en armas. La falta de medios y determinación abortaron la empresa. La guerra social se empezaba a instalar entre una población en su mayoría indiferente a la idea de República.
La Monarquía era un referente de orden mientras que la Independencia muy pocos sabían cómo se degustaba. Lo usual en las guerras es que las víctimas ignoran quienes son sus asesinos. El marcaje de los bandos es una operación posterior.
Caracas empezó a tejer una red de alianzas con otras ciudades como Mérida, Trujillo, Barcelona, Cumaná, Barinas, Barcelona y Margarita. Todas satélites de Caracas. Valencia no se conformó con esto y por ello se rebeló.
Lo mismo la muy lejana Guayana. Y los de Maracaibo, no iban a perder la oportunidad de reivindicar, su primacía sobre el resto de las ciudades de Venezuela. Poco se sabe, pero su élite portuaria, estuvo cavilando todo un proyecto de nación a espalda de Caracas.
Los ejércitos fueron improvisados y se iban haciendo fuertes o debilitándose de acuerdo al éxito o fracaso de cada uno de ellos. Más que batallas campales lo que hubo fueron refriegas.
Una guerra interprovincial y civil muy por encima de una nacional. Con actores viviendo al límite por unas regulaciones de la vida cotidiana trastocadas.
Arturo Uslar Pietri hace la fotografía del momento histórico en su muy buena novela: "Las Lanzas Coloradas" (1931). El mejor testimonio literario para comprender los inicios de una Independencia de Venezuela cuyos claroscuros la mayoría de los venezolanos desconocen.

|
Siganos en