La doceava edición del Premio Václav Havel de Derechos Humanos corresponde a la ingeniero, líder político y activista por la Democracia María Corina Machado.

El importante galardón se otorgó en una ceremonia especial el día de la inauguración de la sesión plenaria de otoño de la Asamblea Parlamentaria del Consejo de Europa (APCE) en Estrasburgo. El Premio consta de trofeo, diploma y la suma de €60.000.

Indica el sitio de APCE, que "desde su creación el Premio se ha concedido sucesivamente a Osman Kavala (2023), Vladimir Kara-Murza (2022), Maria Kalesnikava (2021), Loujain Alhathloul (2020), conjuntamente a Ilham Tohti y la Iniciativa Juvenil por los Derechos Humanos (2019), Oyub Titiev (2018), Murat Arslan (2017), Nadia Murad (2016), Ludmilla Alexeeva (2015), Anar Mammadli (2014) y Ales Bialiatski (2013)".

Aquí el discurso de la líder venezolana, transmitido desde Caracas, donde se encuentra a resguardo de las fuerzas policiales del régimen venezolano:

"Muchísimas gracias, es un gran honor para mí, quiero dar las gracias a la Asamblea Parlamentaria del Consejo de Europa por el apoyo expresado por su Presidente.

Gracias también a la Biblioteca Václav Havel por este honor, de que se me haya concedido este año el Premio Václav Havel. También quiero dar las gracias al resto de finalistas. Quiero dar las gracias al Comité de Derechos Humanos de la Internacional Liberal por nominarme, gracias al resto de personas que me han apoyado en mi nominación, estoy muy agradecida.  Además, soy la primera Latinoamericana que gana este premio.

Quiero reconocer, particularmente, la figura de Vladimir Kará-Murza  el trabajo que ha hecho en su lucha por una Rusia libre. Gracias a mi hija Ana Corina por estar presente y por el apoyo que me ha prestado, como también me lo han prestado Ricardo y Henrique, mis otros dos hijos.

Es muy importante para mí este Premio, no sólo para mí a título personal, sino para todos aquellos que luchan conjuntamente por la causa de la Libertad en Venezuela.

El legado ético y político de Václav Havel brilla, brilla con luz propia para cualquiera que lo quiera ver, pero llega a su punto de esplendor cuando se trata de llevarlo a la práctica, por este motivo yo quiero dedicar mi reconocimiento a los miles y miles de venezolanos que viven, en su día a día, las ideas y los principios de Václav Havel. Miles de ellos están en la cárcel o están siendo perseguidos. Hoy aquí, quiero decirles también que el legado de Václav Havel para nosotros como venezolanos es algo muy importante, nos enfrentamos a muchísimos problemas, llevamos en esa situación 25 años y queremos volver, llegar a una situación de Libertad. Es realmente como un sueño, esta situación de hoy. Parece mentira que durante los años ochenta Venezuela fuera la democracia más firme de Latinoamérica, era un país que utilizaba sus recursos en prode ayudar a sus vecinos, que ayudaba a superar situaciones de conflicto armado. Era el momento de la Guerra Fría, en un lugar muy distinto del mundo en un país como Checoslovaquia, ahí se fraguó ese movimiento de la Carta 77, que emergió para enfrentarse a otro tipo de régimen autocrático. La Carta 77 fue un intento que realizó un grupo de ciudadanos valientes y rectos para crear una polis paralela, intentando desenmascarar esa mentira totalitaria. Fueron pioneros, pero lo que les animaba no era el ansia de poder, lo que buscaban no era para sí mismos, querían simplemente rechazar al régimen y sus mentiras, algo que permeaba todos los aspectos de la vida cotidiana. Ansiaban vivir en un mundo en el cual las palabras sirvieran de nuevo para decir la verdad, el objetivo no era otro que vivir en la verdad. Tal como indicó Havel, sólo aquellos que se niegan a sacrificar su identidad pública pueden llegar a entender este concepto, no hay solución política a un régimen totalitario de este tipo a menos que primero los efectos de ese régimen sobre la vida cotidiana se vean neutralizados. La vida tiene que dejar de ser una mentira vacía, las personas quieren saber que la valentía, la verdad y la justicia tienen sentido, que el juego sucio no se salda con una victoria, que no están solos, que no se les ha abandonado, que no se les ha olvidado, estas palabras yo las he tenido siempre escritas en una notita, que tenía pegada a mi escritorio durante años y años, son palabras que me han inspirado cada día.

Después de su mentor, Jan Patočka , Havel se convirtió en el arquitecto principal de una idea poderosa para enfrentarse al totalitarismo soviético. Esta idea que ha inspirado a tantísimas personas en todo el mundo y que hoy es la columna principal del movimiento ciudadano que nos anima en Venezuela, esto es la base de cualquier realidad política deseable, ese fundamento es la verdad. Son las palabras de Have,  que dijo “es mi responsabilidad insistir, una y otra vez, en que el origen moral de la política genuina es importantísimo, hay que insistir en esos valores morales en todos los ámbitos de la vida social, también en la economía. También hay que explicar que no intentemos, dentro de nosotros, descubrir y redescubrir, cultivar aquello que nosotros llamamos la alta responsabilidad, cosas que necesitamos y que son buenas para nuestros países”.

Estas palabras han resonado en de mi cabeza durante muchísimos años, durante mi viaje solitario cruzando este desierto y nadando muchas veces contra corriente. Estas palabras de unos ciudadanos checoslovacos tan valientes, son palabras que nos llaman a cosas muy elevadas, son palabras que han prevalecido al final y créanme, nadie mejor que los venezolanos entendemos esta causa, esta lucha, queremos volver a la libertad. El tipo de autocracia a que nos enfrentamos en Venezuela tiene también el apoyo de esta supuesta mentira, de que vivimos en la mentira. El terror intenta reducir las vidas de las personas a una ficción, una ficción escandalosa. Las palabras se utilizan para encubrir la realidad y para impedirnos que arrojemos luz sobre la misma. Tenemos que velar por la verdad. A veces nos preguntamos “me habré vuelto loca yo, ¿Será que estas cosas que yo sé que han sucedido, en realidad no han sucedido?”, yo creo que el legado filosófico de Václav Havel nos ha permitido identificar la raíz del problema que alimenta la dictadura. Ante esta situación, hemos insistido en la verdad como bandera. Yo quisiera resumir muy brevemente estos años de lucha, de persistencia democrática, el chavismo llegó hace 25 años, permeando todos los niveles de la autoridad pública, ha acabado con la economía, ha robado nuestras reservas, nuestros recursos, estamos hablando de un cuarto de nuestra sociedad que se ha visto negativamente afectada, un cuarto de nuestra sociedad ha huido de nuestro país. Imagínense ustedes estas proporciones en sus países, en Alemania, en la República Checa. En los últimos 25 años hemos luchado a brazo partido, a todos los niveles, a través de huelgas nacionales, a través de la presión diplomática externa, a través de las citas electorales, que han sido objeto de pucherazos escandalosos. En el 2023 Venezuela parecía que era un país triste, gris, sin esperanza y teníamos que dar lugar a un destello de esperanza, eso pensamos, porque ya estaba bien de 25 años de chavismo, que nos dividían entre izquierda y derecha, entre blancos y negros, entre ricos y pobres, aquellos que aún estábamos en el país y aquellos que se habían tenido que ir. Lo que hicimos ante esa situación fue visitar ciudad por ciudad, casa por casa, construyendo un movimiento redentor para nuestra liberación.

Sin acceso a los medios de comunicación, sin dinero y bajo una persecución feroz recorrimos todo el país y con éxito conseguimos movilizar al país para llevar a cabo unas primarias para elegir a un liderazgo que se iba a enfrentar a Nicolás Maduro en las elecciones de este año. Tantas veces he oído a ciudadanos decir esto es imposible, que sería imposible organizar estas elecciones sin la participación de, régimen, que sería imposible que la gente se echara a la calle con valentía para participar en este movimiento, que era imposible unir al país, pero lo hemos conseguido. Y entonces el 22 de octubre de 2023 casi tres millones de venezolanos participaron en el acto de desafío, de protesta cívica más valiente. Con esta legitimidad, con esta fuerza nos embarcamos en un proceso electoral de elecciones presidenciales. Yo gané las primarias, pero el régimen no me permitió participar, a pesar de todo conseguimos que Edmundo González Urrutia, una persona con coraje, una persona recta, asumiera la candidatura, creamos una plataforma fantástica y el 28 de julio más de un millón de voluntarios salieron a la calle en todo el país para recoger los registros electorales que demuestran que ganamos. En menos de 24 horas conseguimos recoger, digitalizar y publicar el 84 por ciento de los registros de voto, que salieron de las máquinas de votación., demostrando al mundo la victoria de la democracia sobre la dictadura. Para responder a esta derrota importante, el régimen ha reaccionado brutalmente, miles de personas, incluyendo mujeres y niños, han sido detenidos y torturados, cientos de activistas han sido detenidos, torturados y han sido forzados al exilio. Nuestro presidente electo, Edmundo González Urrutia, se ha visto obligado a abandonar al país, y esté exiliado en España.

Hoy, nuestra lucha sigue, porque la verdad prevalecerá.

Yo, leo una y otra vez los textos de Havel, cuando tengo un momento de debilidad, en Cartas a Olga, donde dijo que estaba donde tenía que estar y que no se había apartado de lo que tenía que ser. Es algo que me afianza en mis convicciones y por ello he decidido continuar luchando conjuntamente con el resto del pueblo venezolano. Tengo el convencimiento de que estamos haciendo bien, este es mi papel, por ello se me ha elegido como líder de este movimiento.

La verdad es dura para los venezolanos en este momento, pero dado que todo lo que hacemos se guía por la verdad es evidente que se ha iniciado el ocaso inevitable del régimen dictatorial. Estamos inmersos en una lucha por la verdad, una lucha existencial en pro de la verdad, es una lucha espiritual a favor del bien. Nos mantendremos firmes en la defensa de las lecciones aprendidas de Havel hasta el final, gracias.

Fuente de esta transcripción, aquí